Desde los primeros acordes de Black Sabbath hasta su carrera en solitario, Ozzy se convirtió en sinónimo de rebeldía, energía y autenticidad. Hoy, su historia inspira respeto y admiración, no solo por la música, sino por la vida que llevó, marcada por excesos, desafíos y la búsqueda constante de redención.

El testamento vital que compartió recientemente Ozzy nos deja ver a un hombre reflexivo, consciente de su legado y de los caminos que eligió. Más allá de la fama y los escenarios, confiesa que la música lo salvó y que siempre intentó transmitir pasión y emoción a sus fans. “He vivido al límite, pero cada canción era un pedazo de mi alma”, afirmó, dejando claro que la verdadera esencia de un artista va más allá de los reflectores.

Su influencia es incuestionable: generaciones enteras han crecido con sus himnos y su voz inconfundible. Desde Crazy Train hasta Paranoid, cada acorde y cada letra llevan consigo la historia de un hombre que trascendió la música y se convirtió en leyenda.

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