Caminar es una de las actividades físicas más accesibles y beneficiosas que existen. Según estudios recientes y reportajes en medios como Women’s Health, no solo es útil para el sistema cardiovascular, sino que también puede mejorar el estado de ánimo, reducir la ansiedad, aumentar la atención y potenciar la función cognitiva.

Cuando caminamos entre 20 y 30 minutos al día, el cuerpo libera endorfinas, regula hormonas del estrés y aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, estimulando la creación de nuevas conexiones neuronales. En consecuencia, caminantes frecuentes suelen reportar mejor enfoque, creatividad y bienestar general.

Además, caminar al aire libre ofrece una doble ventaja: exposición a luz natural, que regula el reloj biológico, y contacto con entornos verdes, asociados a menor presión arterial y menor sensación de estrés. La recomendación es caminar con constancia, mantener postura adecuada y variar el ritmo con trotes suaves o marcha vigorosa para obtener mayores beneficios.